(El Ministerio de Defensa está muy interesado en los cazabombarderos F16)
Brasil se lanzó en forma decidida a tener un rol decisivo en la política militar de la región. El mes próximo, durante la reunión presidencial de la Unión Sudamericana de Naciones, el presidente Lula da Silva propondrá oficialmente la creación de una junta de defensa subcontinental. Esa posición la hizo pública horas después de participar de la asunción de Cristina Fernández de Kirchner. Y se lo había anticipado a la presidenta y a la ministra de Defensa, Nilda Garré, cuando visitaron Brasilia unos días antes.
Quienes conocen muy bien el pensamiento de Garré aseguran que a la funcionaria argentina le entusiasmó la iniciativa. Aunque también sabe que Brasil apunta con esa idea a fortalecer su aspiración de contar con un asiento permanente en el consejo de seguridad de la ONU. Para participar en el juego de los grandes países, el pago de admisión es tener una clara influencia militar en su vecindario. Y Brasil va por eso.
Lula dio finalmente luz verde el mes último a la construcción de un submarino a propulsión nuclear, un sistema de armas de ataque que desbalanceará el equilibrio militar subcontinental. La Armada Argentina compitió durante años con su par brasileña por ese proyecto de submarino, frenado hasta ahora por la diplomacia de ambos países.
Pero también Lula habilitó un ambicioso plan de rearme de sus fuerzas armadas, en una incipiente carrera armamentista en la cual la Argentina ni siquiera puede aspirar a entrar sin exponerse a una bacarrota. Sí, en cambio, los funcionarios de nuestro país esperan dar pasos para la modernización de los sistemas de armas, para que tengan la capacidad de interactuar con sus socios regionales.
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Durante su discurso de presentación en el Colegio Militar, la presidenta Kirchner evitó cualquier referencia concreta a la política militar. Pero un día antes, Garré reafirmó ante mandos castrenses que será prioritario el acercamiento a los países de la subregión. También pidió que los militares tomasen como "gestos" los aumentos presupuestarios para operaciones y compras de material, porque en esa línea se continuará en la medida que la economía nacional lo permita.
Para la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, el lanzamiento de Brasil como líder militar de la región será uno de los primeros desafíos concretos de su política internacional. Más aún porque Venezuela también aspira a convertirse en el gendarme regional y Chile prefiere acuerdos bilaterales antes que masivos, tal como siempre lo señaló su presidenta Michelle Bachelet.
Los diplomaticos brasileños y sus funcionarios de defensa recorren en estos días a sus países vecinos para instalar la idea de Lula. En los próximos días tendrán cita en la Argentina.Blogged with Flock
